18 de febrero de 2012

Domesticación: El gran error

Para entender la forma en que debemos abordar el tema de los animales de compañía es preciso que nos remontemos a tiempos inmemoriales, cuando el ser humano domesticó al perro y al gato, especies que actualmente pueden convivir con los seres humanos.






LOS PERROS

Las personas han domesticado a los perros desde hace cerca de 15.000 años. El perro, descendiente directo del lobo gris, se acercaba a las personas para aprovechar los restos de comida que estos desechaban tras ir a cazar, por lo que se entiende que la domesticación de estos animales es incluso anterior a la agricultura.
Las personas observaron que estos animales ladraban cuando se acercaban determinados peligros, como otros animales depredadores, o bien cuando había algún animal susceptible de ser cazado. En ese momento lo ató al costado de sus cuevas o lugares donde dormía para que vigile durante la noche, y de esa manera le proporcionara mayor y mejor seguridad. También, tras un proceso de entrenamiento, se logró que los perros resultaran una herramienta efectiva para la localización de presas de caza.
Allí comenzó una historia de esclavitud y en algunos casos convivencia entre el ser humano y esta especie canina.


Con el tiempo el ser humano aprendió a manipular genéticamente a los perros, experimentando con todo tipo de cruzas que les otorgaran a estos animales determinadas características útiles para cazar. De esa forma se consiguieron perros con olfato más agudo, con mandíbulas mejor estructuradas y más fuertes, o con mayor velocidad o resistencia. Así, el hombre contaba con todo un ejército de esclavos manipulados genéticamente para que velaran por sus intereses, cada uno de ellos con diferentes cualidades en la caza.Estas manipulaciones genéticas traen como resultado lo que hoy llamamos razas de perros, las que, como es normal, suelen presentar diferentes problemas de salud sobre todo en edades adultas, ya que se tratan de organismos vivos antinaturales incapaces de funcionar armoniosamente y de una manera correcta.

Por otra parte, lo que determina si un individuo animal forma parte de una misma especie que otro es cuando ambos pueden cruzarse entre sí y tener descendencia. Por este misma regla de tres, ciertos perros no podrían ser considerados de la misma especie que otros, ya que su reproducción sería físicamente imposible. Esto lo veríamos si intentáramos cruzar un dogo alemán con un chihuahua, una práctica imposible de realizar. Así vemos demostrado el gran daño que las personas han hecho a estos animales, manipulándolos de forma artificial, hasta el punto de anular completamente la posibilidad de un retorno a la naturaleza tras un proceso de adaptación. Se expondrán más detalles en la zona de memética animal.
Las personas con planteamientos animalistas estamos completamente en contra de la reproducción de perros de raza, no solamente porque esto colabora con la superpoblación de animales en perreras (los que luego son ejecutados) o en refugios, sino también por las cuestiones que se detallan en estos textos, ya que pensamos y afirmamos que las personas no tenemos derecho a manipular la naturaleza a nuestro antojo, y mucho menos cuando eso supone la esclavitud y el sufrimiento.

LOS GATOS


Existen muchas teorías acerca del tiempo que llevan los gatos conviviendo con las personas, pero la mayoría de ellas apuntan a una domesticación de más de 7.000 años, mientras otras apuntan a que esta domesticación se remontaría incluso hasta hace 9.500 años atrás. Las personas domesticaron a los gatos para que fueran útiles en la caza de roedores que acechaban los cultivos, y posteriormente como animales de compañía.
Algunas culturas milenarias, como por ejemplo la egipcia, utilizaban a los gatos simplemente como animales de compañía, ya que se creía que su presencia agradaba a los dioses y protegía los hogares, sobre todo en los templos y palacios.
También, como en el caso de los perros, las razas de gatos nacieron a partir de la manipulación genética que las personas aplicaron para criarlos y reproducirlos de forma artificial, en búsqueda de cualidades físicas y estéticas de la morfología del animal. Si bien es cierto que, de forma distinta al caso de los perros, la manipulación de los gatos no ha llegado al punto de impedirles reproducirse entre miembros de la misma especie, hoy se están consiguiendo gatos de hasta 50 kilos, que son vendidos por más de 1.500 euros. Por lo cual esto acaba de comenzar.
De cualquier forma, la reproducción de gatos de forma tanto artificial como natural siempre contribuirá a la superpoblación de estos animales en gateras y refugios.
Por sus características tanto sociales como actitudinales, los gatos no soportan vivos durante mucho tiempo tras los abandonos. Muchas personas creen, equivocadamente, que “los gatos se saben buscar la vida en la calle". Nada menos cierto que eso. Un gato acostumbrado a vivir en una casa, al que se le suministra su comida, agua y cobijo, es incapaz de mantenerse con vida durante mucho tiempo si ha sido abandonado, excepto que sea encontrado por personas proteccionistas.
También hay que saber que un gato es muy difícil de atrapar por las personas protectoras, pues además de ser naturalmente más desconfiado, dispone de mayores recursos para el escape que un perro, por lo que la mayoría de los gatos abandonados terminan muriendo en la calle, o en el espacio natural donde fue traicionado por su familia.
De los pocoque se consiguen atrapar la gran mayoría no soporta el encierro, y acaban muriendo dentro de las jaulas de las protectoras tras pasar un proceso de profundo sufrimiento en lo sentimental, y un degenerativo deterioro físico que comienza por llagas en la boca, erupciones, deshidratación, hasta acabar en una muerte lenta, triste y solitaria.

MEMÉTICA ANIMAL

El etólogo Richard Dawkins habló por primera vez del fenómeno de la memética en el año 1976, en su libro El gen egoísta. Este observador de la vida y los comportamientos sociales habló de una evolución cultural humana haciendo un paralelismo con la genética, que explica la evolución física de la herencia que se trasmite de progenitores a descendientes.
Dawkins argumentaba que no sólo heredamos patrones físicos por parte de nuestras madres y padres, sino también culturales, los que ya están presentes dentro nuestro al momento del nacimiento, y que se van descubriendo, intelectualizando y modificando con el transcurso de los años, el aprendizaje y la experiencia.
Pero estos patrones culturales, llamados memes, no sólo afectan a las personas sino a prácticamente todos los animales. En el caso de los animales de compañía, 7.000 ó 15.000 años de aprendizaje y modificación de los hábitos de vida y costumbres silvestres, han logrado modificar los patrones naturales de los cuales disponen estas especies, perros y gatos, al relacionarse con su entorno.
La modificación memética de estos animales desde el estado silvestre, o salvaje, al estado doméstico, ha perjudicado casi definitivamente a  los animales de estas dos especies, negándoles toda esperanza de volver al medio natural, tras periodos de adaptación, como sí sucede con los animales de otras muchas especies que han sido recuperados de la explotación en circos, zoos, o experimentación, que sí pueden volver a disponer de una vida digna y natural y en su hábitat, y bajo las condiciones normales y naturales adecuadas a su especie.
Por este motivo, desde algunas asociaciones promovemos la idea de “pagar nuestra culpa” respecto al grave trastorno existencial que hemos infligido a los animales de estas dos especies. La forma de pagar esta culpa es colaborando estrechamente con las asociaciones protectoras, difundiendo adopciones y fomentando la esterilización.

1 comentario:

Los Fantasmas del Preventorio dijo...

lo siento pero no estoy de acuerdo, para nada considero la domesticacion un error, fue la unica manera de relacionarnos con otras especies y avanzar en nuestra evolucion, sin animales nunca habriamos llegado a donde estamos, y asi queremos agradecer el amor y la compañia que nos dan nuestros perros y gatos ¿extinguiendolos? es muy triste eso que defiendes