Carolina, conocida como Carol por todos en el Santuario, es un caso singular de una chimpancé que se ha apasionado por hojear revistas. Carol anda de un lado para el otro de su recinto, con una o más revistas, que las observa con curiosidad e interes. Llega a subir en un arbol de la fruta jabuticaba brasileña que tiene dentro del recinto, junto con sus revistas y algo para comer.
Carol fue una de las primeras chimpancés adultas que llegaron al Santuario del GAP en Sorocaba, Estado de S. Paulo, en el Brasil. Ella vino procedente de un Criatorio que existía en la zona de Morrete, en el Estado de Parana, en el sur brasileño, ahora cerrado, que se dedicaba a reproducir chimpancés para venderlos a circos, zoologicos y particulares. Carol nació en un circo que actuaba por el noreste brasileño y fue comprada por el Criatorio Comercial de Morrete, para ser usada como reproductora.
Carol nunca ha quedado embarazada nadie sabe por qué, ya que varios de sus compañeros machos tuvieron hijos con outras hembras que vivían en aquel Criatorio. Cuando ella llego a nuestro Santuario nueve años atrás, vino acompañada de Gilberto, Margareth, Ditty, Lulu y Tuca. Gilberto, el macho alfa, que era el principal reproductor en el Criatorio, nunca se interesó realmente por Carol, como tampoco por Tuca. El concentraba su afán reproductivo en Lulu, Ditty y Margareth. Carol y Tuca sufrían ya que observaban a Gilberto copular con sus amigas, sin embargo, nunca se interesaba por ellas.
Nosotros separamos a ambas, para que tuviesen una mejor compañia que les diese mayor atención, pero Carol no tuvo suerte con machos. Se quedó meses con Luke, que tiene la sindrome de la bota (como el recién llegado Jimmy del ex-Zoológico de Niteroi), y solo se interesa en hombre y mujeres con botas. Carol era su amiga, nada más.
Después de otras tentativas fugaces con machos que también no dieron en nada, ella llegó a Alex. No obstante, la relación entre ambos es de un amor intenso, sin sexo. Alex tiene otra sindrome diferente, adquirida en la locura del circo, solo se interesa por mujeres desconocidas y rubias. Solo ellas se aproximan, y él se masturba. Carol, por eso, odia todas las mujeres, y ya intentó agarrar algunas que le hacían gracias a Alex.
Es impresionante ver como Alex y Carol se aman. Los besos que ambos se dan con frecuencia deja para atrás cualquier pelicula o las famosas telenovelas. Son besos y abrazos de largos minutos.
Carol, quizás, por falta de tener un macho que la ame completamente y que le dé un hijo, se ha refugiado en las revistas como una forma de ocupar su tiempo y olvidarse de la amargura de su vida frustrada. Sin embargo, ella está consciente de que comparandose con otras hembras chimpancés que no han conseguido una compañia agradable, ella tiene en Alex el mayor ser apasionado que – a pesar de sus traumas psiquicos – la tiene a ella como la principal razón de su vida ...
Dr. Pedro A. Ynterian
Presidente, Proyecto GAP Internacional
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